El pasado 22 de febrero de 2024, cerca de las 02:47 am.
La Agencia de Investigación del Fenómeno Ovni y Paranormal, Internacional (AIFOP), se encontraba investigando en uno de los campos en Tala, en la localidad de Canelones, segunda madrugada consecutiva.
La segunda noche, de un grupo de investigación de 11 personas, quedamos 4, el investigador Joselo de los Santos, el investigador Javier Abejase, dos técnicos de aeronáutica retirados de la Fuerza Aérea Uruguaya, Juan Acuña, y Luis Cabrera.
Como eramos cuatro personas las que habíamos decidido quedarnos, tomamos la precaución de dividirnos en dos grupos para investigar en la hora nocturna. El primer grupo se quedaría cuatro horas haciendo la vigilia, mientras que el segundo se iría a descansar, para luego relevar ya con más energías a los compañeros.Pero antes de comenzar, tuvimos una muy rica cena parrillera.
Ya adentrados en la madrugada, luego de observar por bastante tiempo a los satélites Starlink, que a simple vista se podían apreciar con tanta claridad.
Luis Cabrera y Javier Abejase, con un láser en la mano, entraron a señalar a toda la constelación de Escorpio, las estrellas que la conforman por decir algunos de sus nombres son, Scorpi conocida como Antares, Shaula, Sargas, Dschuba, y Paikauhale, entre otras.
Más o menos pasado cinco minutos del lado Oeste, vienen tres naves en formación V, oh simplemente se trataba de una sola nave con forma triangular.
La cuestión es que la o las naves se dirigían hacia el este, muy rápidamente sin poder entender mucho lo que estaba sucediendo al principio, y con cara seguramente de asombro, ambos atinamos a observar en completo silencio
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